Aquí hay tres historias breves de casos, cada una de las cuales demuestra la vigilancia genómica en acción. Cada uno, de diferentes maneras, le muestra cómo nuestra capacidad de secuencia genomas y seguimiento de las variantes de Patógenos está revolucionando la forma en que entendemos y gestionamos los brotes de enfermedades graves.
1. Covid-19
La vigilancia genómica es tan buena como el número de muestras analizadas y la anchura del área estudiada.
Si bien es discutible si los virus están «vivos», poseen material genético en forma de ADN o ARN, que se comporta como el de las criaturas vivas durante su reproducción. Como resultado, la vigilancia genómica funciona extremadamente bien en el seguimiento de los brotes de virus.
En el caso del SARS-CoV-2, la vigilancia genómica nos permite monitorear cómo el virus cambia con el tiempo y evoluciona hacia las diferentes variantes de las que escuchamos en las noticias. También nos permite ver si se producen cambios similares en todas las variantes, como la mutación E484K observada varias veces en diferentes variantes.